miércoles, 6 de abril de 2011

SILENCIO, SOLEDAD, CELOS... Y UNA VIEJA FOTOGRAFÍA

Maldito silencio, no repitas nunca más su voz, maldita soledad no vuelvas a burlarte de mi, malditos celos, déjenme vivir...
Yo tan feliz que vivía tratando de entablar una relación estable con el ayer, pero me aparecen ustedes, el trío que trae mi desgracia y arruinan el momento perfecto, cuando estoy por hacer el negocio ideal con el olvido, ustedes, justamente ustedes tres tienen que hacerse presentes y estropear todo el esfuerzo que puse en esa transacción que salvará mi vida de la perdición! Pero claro... ustedes no saben lo que es vivir enamorada, llorando por todos los rincones, esperando a que llegue, ilusionándome con cada sombra que se dibuja en la ventana con figura humana, sabiendo que jamás volverá a mis brazos, por la simple razón de que nunca pude tenerlo...
Como siempre, no podía faltar la cómplice fiel de este trío del mal, verdad? Tú, justamente tú, una vieja fotografía que llega para refrescar mi memoria, para recordarme lo hermosa que es su sonrisa, lo bella que es su mirada, lo angelical que es su rostro, lo escultural que es su cuerpo... No tenían otra cosa que hacer? a caso no podían ir a visitar a la vecina que vive sola? Por si no la conocen, se las presento! se llama nada, y ella no tendría ningún problema para recibirlos, de hecho su vida es demasiado monótona, no sale de su casa, si, ese sucuchito brillante, que parece una estrella fugaz que cayó del cielo, apagada de tristeza...
Al menos antes de mirarme con esa sonrisa triunfante, hagan algo para que el olvido no se vaya!!! Que no sé si alguna vez podré tener otra vez la dicha de tenerlo frente a mí... Ay Dios! por qué tengo que soportar todo esto?? A caso ustedes cuatro no tienen nada más productivo que hacer más que reirse en mi cara, torturarme constántemente y condenarme a vivir con la vista seca de tanto llorar, la voz muda de tanto gritar, el corazón despedazado de tanto amar, el alma deshecha de tanto sufrir... y las esperanzas marchitas de tanto esperar...
Lo amo, ustedes lo saben, lo amo desmedidamente y si hay algo en mi vida que no tiene límites es justamente este amor, que no conoce la frontera de la distancia, no saben que entre él y yo no hay océanos, sólo continentes que nos separan, montañas, valles y desiertos... Una pequeña grieta que me aleja de sus ojos bellos, de su boca de miel, de su piel de terciopelo, de su voz de ángel... una brecha que a duras penas mide unos cuantos kilómetros, un abismo de a penas unos milímetros... una realidad que realmente duele cuando me dice que no estoy soñando, que no es una pesadilla, estoy ardiendo en celos, aturdida en el silencio, en compañía de la soledad, observando una vieja fotografía que no hace más que demostrarme que lo amo ciegamente y nunca podré conseguir que el olvido venga a mí...

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