martes, 12 de abril de 2011

AMAR ES COMBATIR


Ya casi sin fuerzas sostengo la pluma en mi mano, no confío en la memoria que asegura apuntar de manera ordenada cada frase rebuscada que nace de mi alma al ver escrito tu nombre en el rincón de una hoja entre mis apuntes de vida... Mi amiga incondicional, mi fiel consejera me dice que no debo olvidarme de mis errores; pero lo que la experiencia no sabe es que gracias a ese consejo es que hoy agoniza mi orgullo sin poder recuperarse, empeorando cada vez un poco más... Lo único que quedaba en pie, era mi castillo de hielo; pero tus palabras dirigidas a otra, derrocaron mis sueños, dragones guardianes de este palacio vacío; las indirectas bombardean la tranquilidad y todo se derrumba; ahora estoy en medio de la nada, desprotegida y desahuciada. Una baraja de viejas cartas de amor se ofrece a formar ladrillos para construir una trinchera, refugio seguro para mi orgullo agonizante que se niega a aceptar que está herido de muerte. Sin pedirle opinión, acepto el ofrecimient, la dignidad lo cuida mientras yo recojo unas gotitas de valor en el río del coraje, para llevar al hecho mis deseos. Me arriesgo sin más a morir en el campo minado de la incertidumbre, sin embargo avanzo con el paso firme e indeciso, soportando la herida punzante de tu silencio, dejando a mi paso huellas de tinta marcadas por un corazón poeta que ha hecho todo lo posible por decirte cuanto te ama, que se desvive por tu mirada, sobreviviendo al rechazo permanente de tu parte, anhelando vehemente que esas indirectas lleven grabado mi nombre y apellido con letra invisible. Sí, ya todo está perdido... en mis manos sólo traigo un puñado de lágrimas que se escapan por entre los dedos cristalizando su caída, mis ojos ciegos de amor no ven que a mi alrededor yacen las ilusiones de tenerte, los besos que mi boca imprimió en el aire contaminado de tu perfume varonil. Como en toda batalla, en el amor todo se vale... y sin darnos cuenta luchamos dejando heridos sentimientos inocentes; y es por eso que estoy harta de esta cobardía que me amenaza. Camino decidida a toparme con tu mirada, sin importarme cuánta indiferencia cargue o cuánto odio emane tu cuerpo, sé que el calor de tu piel acabará por derretir el hielo que hay en mí, sin lograr que tu tierna ingenuidad consiga develar este secreto de dos palabras, que hoy me trajo hasta aquícon la vergüenza a flor de piel, sonrojando mis mejillas, retorciendo mis dedos, remordiendo mis labios, y con la voz titubeante para decirte sin más rodeos que... TE AMO!!

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