jueves, 31 de marzo de 2011

BARCOS DE PAPEL


Así como un barquito de papel se disuelve al entrar en contacto con las lágrimas que han formado un lago en esta maldita habitación, tan fría y vacía desde que te fuiste... Así quisiera desvanecer la distancia que me aleja de tu cuerpo, de tu mirada, de tu sonrisa... Pero sé que no es posible, porque no son precisamente los kilómetros que hay entre nosotros lo que en realidad nos apartan, sino ese eterno rechazo que genero en ti, y sin tan siquiera hacer algo para recibir esa respuesta de tu parte... No voy a mentirte, pues la verdad es que sería tan feliz si me quisieras... pero como sé que eso no es posible, no te pido que me ames con locura, sólo te pido que no me odies con todas tus fuerzas, que no me demuestres ese rechazo absurdo, que al menos me permitas saber que no cambié tu amistad por tu indiferencia en el preciso instante en que te confesé este eterno amor que me ahoga en silencio, poco a poco y lentamente... Como barcos de papel, se van desarmando mis esperanzas que creían estar listas para zarpar con un destino diferente... sin embargo, antes de que pudieran apartarse del puerto de mis recuerdos, una ola de desolación, las desarmó de una manera realmente cruel, sin piedad alguna de los sueños que habían embarcado en ellas horas antes...
Como tripulantes de un barco de papel, naufragan hoy los pensamientos pira
tas que se escapaban de mi razón, sólo para darle alas al corazón herido, cansado, desahuciado... ahora perdidos en este océano de incertidumbres, intentan llegar con vida hasta la isla de la realidad... aunque mueran en ella, al menos sabrán que lograron atravesar a nado ese torbellino de verdades que arraza sin miedo a nada, sin tan siquiera un poquito de consideración por esos pobres sentimientos pescadores, que pasan día y noche tratando de agarrar algúna sonrisa tuya que distraida, quedó navegando entre gotitas de lluvia agridulce, que me besa dulcemente como sueño que lo hagas tú... En barcos de papel, mandé las caricias que guardé en mis manos para cuando regresaras, pero me temo que no llegarán, pues se han hecho trizas al rozar el lago de celos en el que arden mi silencio, en el que se asfixia mi locura... en el que se ahoga en un eterno dolor, el deseo de naufragar en tu cuerpo perfecto, de respirar el dulce perfume de tu piel... de amarte para siempre y no temerle a las olas de desolación, por ser capitana de un barco de papel...

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