Actúo como fierra salvaje ante las miradas;
Y lloro como cachorra a tus espaldas.
Demuestro fortaleza, rigor y valentía;
Mientras me desangro en silencio, día tras día...
Una fiera salvaje, una leona herida;
Rujo valor, transpiro adrenalina, respiro peligro,
Desvanezco en la locura, revivo en el delirio.
Fiera salvaje, loca desquiciada,
Lloro como cachorra a tus espaldas...
Camino sigilosa, pendiente de mis presas;
Me desvivo por ti, aunque tú ni me piensas...
Crees que soy una tigresa hambrienta...
Mas sólo soy una cachorra sedienta...
Sedienta de tus besos, veneno mortal...
Tranquilo, acércate sin miedo, que no te haré mal...
Si bien me creen una fiera de sangre caliente;
Sólo soy una pobre poeta que se cree valiente...
Mis caricias no son zarpazos, así que no te matarán;
Y si te quieres ir, tampoco te detendrán.
Eres tan libre o más que el mismísimo viento...
Pero no jugarás conmigo, sin mi consentimiento.
Reconozco que vivo a la defensiva, sin descanso...
No confío en nadie, menos en alguien que aparenta ser manso.
Bestia salvaje, una fiera en cautiverio.
Observo audazmente sigilosa la presa que quiero.
Una cachorra indefenza, que ruge sin fuerzas.
Una leona hambrienta que se esconde entre las malezas.
A quien quiero engañar? Es ridícula mi actitud.
Entre una fiera salvaje y yo, no hay similitud.
Sólo soy una mujer enamorada, desesperada.
Que no quiere que la vean llorar otras miradas.
Y es por eso que me muestro sin miedo a nada,
Y lloro como cachorra a tus espaldas...
Y lloro como cachorra a tus espaldas.
Demuestro fortaleza, rigor y valentía;
Mientras me desangro en silencio, día tras día...
Una fiera salvaje, una leona herida;
Rujo valor, transpiro adrenalina, respiro peligro,
Desvanezco en la locura, revivo en el delirio.
Fiera salvaje, loca desquiciada,
Lloro como cachorra a tus espaldas...
Camino sigilosa, pendiente de mis presas;
Me desvivo por ti, aunque tú ni me piensas...
Crees que soy una tigresa hambrienta...
Mas sólo soy una cachorra sedienta...
Sedienta de tus besos, veneno mortal...
Tranquilo, acércate sin miedo, que no te haré mal...
Si bien me creen una fiera de sangre caliente;
Sólo soy una pobre poeta que se cree valiente...
Mis caricias no son zarpazos, así que no te matarán;
Y si te quieres ir, tampoco te detendrán.
Eres tan libre o más que el mismísimo viento...
Pero no jugarás conmigo, sin mi consentimiento.
Reconozco que vivo a la defensiva, sin descanso...
No confío en nadie, menos en alguien que aparenta ser manso.
Bestia salvaje, una fiera en cautiverio.
Observo audazmente sigilosa la presa que quiero.
Una cachorra indefenza, que ruge sin fuerzas.
Una leona hambrienta que se esconde entre las malezas.
A quien quiero engañar? Es ridícula mi actitud.
Entre una fiera salvaje y yo, no hay similitud.
Sólo soy una mujer enamorada, desesperada.
Que no quiere que la vean llorar otras miradas.
Y es por eso que me muestro sin miedo a nada,
Y lloro como cachorra a tus espaldas...
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