A ti que sin conocerme pareces conocerme más que nadie, que sin importarte nada te arriesgas a estar a mi lado en las buenas y en las malas, aconsejándome cuando me siento perdida en un laberinto de dudas, me señalas la salida con tan sólo una palabra de aliento... A ti que con tu silencio llenas de melodías la soledad que me acobija las noches de nostalgia, y con tu sonrisa dibujas un sol de caramelo en mi mundo de hielo...
A ti, amigo de mi alma que siempre estás con tus manos tendidas, sin pedirme nada a cambio, que sin decirme nada, lo dices todo, que me haces sentir que valgo más de lo que yo pensaba, que llenas los espacios vacíos de mi existencia con tu cariño... A ti que sin darte cuenta te conviertes en mi poesía cuando la inspiración se esfuma, que eres la compañía perfecta cuando me siento sola, que deambulas por las calles de mi mente, jugando con mis pensamientos cual niño en un parque de diversiones, que pintas un arco iris de sensaciones diferentes en mi universo de papel, que paseas por entre mis recuerdos tejiendo nuevas ideas, nuevos poemas... A ti que te sumerges en el mar profundo y peligroso de mi personalidad sin temerle al peligro que representa mi carácter, que con un cálido abrazo a la distancia, derrites mi hielo helado para convertirlo en el océano de tinta que luego pasa a teñir una hoja ansiosa de perder su pureza al sentir el danzar de la pluma por su cuerpo que deja huellas como pisadas en la arena, honrada de ser la que transmite este sentimiento tan puro y noble que me haces sentir... Feliz de ser ella la que lleve entre sus renglones líneas de letras que juegan a ser las princesas hijas del rey que cuando no estás, manda en mi castillo: el extraño sentimiento de extrañar tu ternura...
A ti que endulzas mis amargos días con la dulzura de tu ser, que aún sin estar a mi lado, me haces sentir el calor de tus brazos, que estando a la distancia me haces sentir que estás en mí...
A ti, justamente a ti, amigo de mi alma... te entrego esta luna de plata que engalana las madrugadas cómplices de mis penas envuelta en un "TE QUIERO", y si me permites, también quiero darte a ti estas estrellas que salpican el Cosmos de mi planeta literario, refugio de mis temores... como son tantas y tan traviesas, debo encerrarlas en un tintero de cristal, al que muchos llaman corazón... A ti, querido amigo, quiero darte todo de mí, y lo que necesites aún cuando no lo tenga, te juro que lo conseguiría por ti...
A ti que no temes perderte en el bosque oscuro de mis locuras, y te empeñas en beber del manantial de mis lágrimas saladas... A ti, quiero darte mi amistad...
A ti, amigo de mi alma que siempre estás con tus manos tendidas, sin pedirme nada a cambio, que sin decirme nada, lo dices todo, que me haces sentir que valgo más de lo que yo pensaba, que llenas los espacios vacíos de mi existencia con tu cariño... A ti que sin darte cuenta te conviertes en mi poesía cuando la inspiración se esfuma, que eres la compañía perfecta cuando me siento sola, que deambulas por las calles de mi mente, jugando con mis pensamientos cual niño en un parque de diversiones, que pintas un arco iris de sensaciones diferentes en mi universo de papel, que paseas por entre mis recuerdos tejiendo nuevas ideas, nuevos poemas... A ti que te sumerges en el mar profundo y peligroso de mi personalidad sin temerle al peligro que representa mi carácter, que con un cálido abrazo a la distancia, derrites mi hielo helado para convertirlo en el océano de tinta que luego pasa a teñir una hoja ansiosa de perder su pureza al sentir el danzar de la pluma por su cuerpo que deja huellas como pisadas en la arena, honrada de ser la que transmite este sentimiento tan puro y noble que me haces sentir... Feliz de ser ella la que lleve entre sus renglones líneas de letras que juegan a ser las princesas hijas del rey que cuando no estás, manda en mi castillo: el extraño sentimiento de extrañar tu ternura...
A ti que endulzas mis amargos días con la dulzura de tu ser, que aún sin estar a mi lado, me haces sentir el calor de tus brazos, que estando a la distancia me haces sentir que estás en mí...
A ti, justamente a ti, amigo de mi alma... te entrego esta luna de plata que engalana las madrugadas cómplices de mis penas envuelta en un "TE QUIERO", y si me permites, también quiero darte a ti estas estrellas que salpican el Cosmos de mi planeta literario, refugio de mis temores... como son tantas y tan traviesas, debo encerrarlas en un tintero de cristal, al que muchos llaman corazón... A ti, querido amigo, quiero darte todo de mí, y lo que necesites aún cuando no lo tenga, te juro que lo conseguiría por ti...
A ti que no temes perderte en el bosque oscuro de mis locuras, y te empeñas en beber del manantial de mis lágrimas saladas... A ti, quiero darte mi amistad...
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