sábado, 1 de enero de 2011

OBJETOS


Qué es amar en realidad? No lo sé, nunca me lo preguntes... Pues no sé qué significa querer a alguien más... pero sí sé lo que es sufrir por un príncipe que nunca pondrá sus bellos ojos en mí...

Amar? quién sabe lo que es eso? Sólo sé lo que es llorar en silencio por la culpa de no poder cambiar mi destino por ser una estúpida que aún cree que las hadas existen, y que ellas me concederán el deseo que guardo con recelo en mi corazón: un beso de sus dulces labios...

Qué absurdo verdad? yo llorando aquí, entre las cuatro paredes de mi habitación por un amor no correspondido, mientras otros por ahí estarán llorando por situaciones que realmente se merecen una lágrima de dolor...

Probablemente no soy de hielo en verdad... pero... de qué me sirve aceptar que soy una mujer de carne y hueso si de una manera u otra sufro igual? Yo siendo la princesa de hielo, el ama y señora de este reino, la dueña del frío, dejo caer lágrimas de fuego que marcan una huella imborrable en este este corazón nevado de tristezas, de penas, de culpas que quizás no me pertenezcan...

Sentada junto al ventanal, observo los copos de nieve caer sobre el jardín enfermo de invierno y comprendo que hay tantas cosas que no tienen significado alguno, mas se creen indispensables para la rotación de la tierra, objetos materiales que parecen cobrar vida sólo para sentirse lo suficientemente fuertes como para hacer las cosas por sí mismos sin darse cuenta que necesitan de mí para ser útiles... Y ahora que me pongo a pensar... Dios no sentirá eso a veces? Al ver que hay seres que se creen indispensables, autosuficientes, que no necesitan de nadie más para tener vida propia... Que absurdo verdad?

Cuántos habrá que se creen mucho, cuando en realidad no son nada... sólo son muñecos de cera sin vida propia... como estos objetos de hielo, que adornan esta habitación que con el correr del tiempo se va convirtiendo en un témpano de soledad, tristeza y nostalgia...

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