Esa princesa de hielo, que vive en un castillo de fuego, con un corazón helado, que no le importa nada más que alimentar su ego con el odio de sus súbditos. Esa que corona su cabeza con una tiara de indiferencia, esa que viste un vestido de hielo azul, que cada día que pasa, es capaz de enfrentar a un ejército de envidiosos seres desformados por la cruel realidad que no le teme a nada ni a nadie... Esa princesa de hielo que escucha los gritos desesperdos de los sombis que salen de sus tumbas heladas, sólo para fastidiarla... Esa princesa de hielo que cuando ama, lo hace en silencio, que no le interesa ser correspondida, que sólo quiere ser mejor que todos, aún cuando no haya nadie a su alrededor, que pide que la corrijan pero que no acepta críticas de sus inferiores, esa que no se deja amar, sólo siembra el odio y el rechazo de los demás, por fingir ser perfecta, indiferente, tener sólo el eterno dilema de congelar su mente, o sus recuerdos primero...
Esa poeta de hielo que intenta ser más que una princesa, que escribe letras de fuego, que llora lágrimas de hiel, que sonríe para oscurecer el reino... Esa princesa de hielo que anhela ser la poeta de hielo de los escritores de la inspiración... Esa princesa de hielo soy yo...
Esa poeta de hielo que intenta ser más que una princesa, que escribe letras de fuego, que llora lágrimas de hiel, que sonríe para oscurecer el reino... Esa princesa de hielo que anhela ser la poeta de hielo de los escritores de la inspiración... Esa princesa de hielo soy yo...
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